CASO SOCIEDAD PORTUARIA REGIONAL
Se trata de un caso que involucra a personajes considerados como intocables por amplios sectores ciudadanos, pero cuyos nombres son mencionados insistentemente en los distintos corrillos como autores de hechos sobre los cuales, de acuerdo con reconocidos veedores ciudadanos, "aún no se ha dicho la última palabra".
La historia se remonta al año 1993, cuando por Escritura 3.427 del 25 de Junio de ese año, suscrita en a Notaria Tercera, se constituyó la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena S.A., cuyo objeto principal era encargarse de las operaciones que realizaba el Terminal Marítimo de Cartagena. En esa oportunidad se suscribieron 3.670.000.oo acciones a un valor nominal de $ 500.oo cada una, para un capital suscrito de $ 1.835.000.000.oo. Antes de finalizar ese año, de acuerdo con el veedor Piedrahita, una vez obtenida la concesión del puerto, "se disparó el precio de las acciones, ya que los socios no sólo recibieron gratuitamente terrenos, muelles, bodegas, edificios para oficinas, etc., sino además valiosísimas maquinarias como grúas, cargadores, tractores, volquetas, etc."
En dicha escritura, la Alcaldía de Cartagena, en ese entonces a cargo del médico Gabriel Antonio García, aparece suscribiendo 275.250 acciones y la Gobernación de Bolívar, cuyo titular era el abogado Carlos Mendivil Ciódaro, 36.700 acciones. Entre los socios particulares aparecen, entre otros, Tractores del Caribe Ltda., que suscribió 55.050 acciones. El representante de esta empresa era Simeón Paschalides Kalidou, un ciudadano de origen griego a quien recuerdan muy bien -¿o habrá que decir muy mal?- los damnificados del Mirador de Zaragocilla y otros conjuntos residenciales construidos por empresas de Héctor García Romero. Simeón Paschalides kalidou fue la voz cantante del constructor en varios pleitos que éste tuvo que enfrentar. Héctor García Romero es primo del ex alcalde Gabriel Gracia Romero y hermano del ex senador Juan José García Romero.
De acuerdo con las investigaciones adelantadas por Piedrahita Aduén "para apropiarse de las acciones del Distrito, el 8 de Noviembre de 1993, el alcalde Gabriel García le dirigió un oficio a Aníbal Ochoa, el gerente de la época, expresándole que la Alcaldía sólo podía pagar 42.141 acciones. En un segundo oficio, el mandatario presentó una lista de sociedades que, según dijo, tenían interés en adquirir el resto del paquete accionario. Esas sociedades fueron: F.J. Rumié y Cía., Inverlind Ltda., Promotora de Inversiones Cartagena Ltda., Enlace Ltda., Cartagena de Desarrollo Ltda., Bustamante Restrepo y Cía., Distribuidora la Marina y Aduanas Hubemar. Al afirmar que el Distrito sólo estaba en condiciones de pagar 42.141 acciones, el alcalde García, habilidosamente, facilitó que el resto, un total de 233.109 acciones, fueran distribuidas el mismo año entre estas sociedades de amigos suyos, a un precio de tan sólo $ 500.oo cada una".
En concepto del veedor ciudadano "para vender estas acciones, el Distrito y la Sociedad Portuaria debían solicitar y obtener una autorización del Concejo de Cartagena y de la Superintendencia de Sociedades, hechos que no se dieron, tal como puede fácilmente demostrarse". Según Piedrahita, "este tipo de acciones sólo pueden venderse por bolsa o martillo, ya que así lo ordena el Decreto 2155/92", lo que no se cumplió, tal como consta en las respectivas actas, lo que motivó a que la Superintendencia de Sociedades, como autoridad competente, declara en su momento que las negociaciones eran nulas.
En una extensa carta a la opinión pública, que fue distribuida profusamente entre numerosos dirigentes tanto de Cartagena como del resto del país, y vía internet a millares de ciudadanos de todo el mundo, el veedor ciudadano (para que nadie dude de la veracidad de lo que dice, suscribe el oficio anotando su número de cedula, la 9.050.514 de Cartagena) asegura que, ante la declaratoria de nulidad de las Supersociedades, en 1995, "ya consumado el ilícito, se pretendió corregir el error con otro error, lo cual fue otra farsa más, que nada legaliza". En efecto, según Acta N° 23, la Junta Directiva de la Sociedad Portuaria aprobó el 28 de Marzo de 1995 unas negociaciones que ya se habían realizado entre los meses de Noviembre de 1993 y Enero de 1994. Para entendidos consultados, es claro que una decisión tomada en 1995 no puede legalizar unas negociaciones celebradas en 1993.
Según el veedor Jorge Piedrahita, al ,margen de que las acciones se vendieron antes del vencimiento del primer año, lo cual viola lo establecido en el Código de Comercio, y de que el Distrito, según los artículos 9° del Decreto 2.910/91 y 11° de la Resolución 113 de la Superintendencia de Puertos, podía adquirir las acciones suscritas mediante la fórmula de la contraprestación, por las ventajas de todo orden que otorgó a la nueva sociedad (lo cual, sospechosamente, no fue gestionado en ningún momento por el entonces alcalde Gabriel Antonio García) existen otros hechos "bastante singulares" que hacen parte de una Acción Popular impetrada por el veedor ciudadano ante el Tribunal Administrativo de Bolívar.
Entre estas "curiosas situaciones", como las denomina eufemísticamente el dirigente cívico, "se encuentra el hecho de que algunas de las empresas accionistas cambiaran abruptamente de nombre, como Tractores del Caribe, que tuvo diversas mutaciones antes de pasar a llamarse Inversiones Cubita, cuyos socios todos son parientes del ex alcalde García, y que otras desaparecieran como por encanto, como Traco Ltda., Asín Ltda., Distribuidora La Marina e Inversiones Córcega, entre otras".
De acuerdo con las investigaciones adelantadas por Piedrahita Aduén "otra jugada maestra fue la repartición acomodaticia de las 36.700 acciones suscritas por la Gobernación". Según el veedor, ante el hecho de que la Gobernación no pagó en su momento dichas acciones, el gerente Alfonso Salas decidió repartirlas entre los socios, sin pago alguno, tocándole a la Alcaldía de Cartagena 825 acciones, mientras que las restantes 35.850 fueron distribuidas entre los socios privados.
La extraña mutación de uno de los accionistas
En 1998, según la Escritura N° 4.253, uno de los accionistas de la SPRC es Tractores del Caribe Ltda. de acuerdo con la Escritura 2.721 suscrita en la Notaria Tercera de Cartagena, la empresa se constituyó el 21 de Junio de 1990 y eran sus socios Simeón Paschalides kalidou y Cecilia Buelvas Olivera, mucama de la misma familia. La dirección registrada por el primero fue el edificio de Concasa, oficina 18-01 y por la segunda el barrio El Prado, avenida Crisanto Luque, diagonal 22 N° 34-05. El capital suscrito por esta empresa fue de $ 300.000.oo. Cada socio pagó, según la Escritura, la mitad del capital.
El 11 de Julio de 1993, mediante Escritura pública N° 3.566 suscrita en la Notaria Tercera de Cartagena, Cecilia Buelvas Olivera vendió su interés en la sociedad a Favor de Distribuidora San Carlos Ltda. Esta empresa, según Escritura 953 otorgada por la Notaria Primera de Cartagena, fue constituida el 21 de Abril de 1989 por Luz Ángela Duarte Briceño y el mismo Simeón Paschalides Kalidou, pero el 17 de Diciembre de 1998, de acuerdo con la Escritura 4.167 de la Notaria Segunda de Cartagena, los propietarios de la empresa la vendieron en su integridad a Frank Alberto García Romero, hermano del ex senador Juan José García, y a la sociedad García Zucardi S. en C., de la familia del mismo.
Como hecho curioso, para el otorgamiento de la Escritura se reunieron Simeón Paschalides Kalidou, quien actuó en su triple condición de socio cedente, representante legal de Tractores del Caribe y representante de Distribuidora San Carlos, Frank Alberto García Romero, en su calidad de nuevo socio, y Juan José García, en representación de la sociedad García Zucardi S. en C.
De un capital social de $ 300.000.oo con que contaba Tractores del Caribe se pasó a un capital de $ 10.000.000.oo. La nueva empresa pasó a llamarse Inversiones Cubita.
El 10 de Julio de 2000, mediante Escritura 1.830 otorgada por la Notaria Segunda, se protocolizó el traspaso de las acciones que poseía Frank Alberto García Romero a nombre de teresa García Romero.
Denuncia a través de Internet
En una carta enviada a través de Internet a millares de cibernautas, el veedor Jorge Piedrahita denuncia lo que, según él, "es el más grande saqueo en la historia de Cartagena, perpetrado presuntamente por los socios privados de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena, entre ellos Gabriel y Juancho García Romero, Doña Piedad, Alfonso Salas Trujillo, Aníbal Ochoa y Gerardo Rumié Sossa". Tras refutar uno a uno los argumentos esgrimidos por el ex alcalde García al Tribunal Administrativo de Bolívar, Piedrahita manifiesta que "es falso que el Distrito no haya tenido con que pagar las 233.109 acciones de las que fue despojado. Con el Decreto 2.910/91 y la resolución 113 de la Superintendencia de Puertos, el pago se facilitaba. También es falso que la Junta Directiva y la Asamblea de accionistas de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena tuviesen facultades legales para aprobar la venta de las acciones del Distrito, ya que estas son un patrimonio público; con ese criterio, pueden vender también olímpicamente todo el Terminal Marítimo".
"Fue una vil expoliación"
El alcalde Gabriel Antonio García Romero, al constituir la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena mediante Escritura 3.427/93, se pasó por la faja lo que dice el Artículo 60 de la Constitución Política de Colombia, que ordena que cuando se constituyan este tipo de Sociedades, para democratizar la propiedad accionaria, se le debe dar participación a los trabajadores, el sector solidario y a las cooperativas", explicó el veedor ciudadano Piedrahita Aduén.
"Hoy tenemos necesidad de dos cosas: una, conseguir que el Distrito recupere las acciones expoliadas, y dos, que la Nación no pierda las que tiene". Según el veedor, "para cerrar con broche de oro estas irregularidades, se pretende que la Sociedad Portuaria sea totalmente privada", y por ello no desaprovecha ningún escenario para advertir que las 58.000 acciones que en estos momentos tiene la Nación podrían estar en peligro de desaparecer, "tal como ocurrió con las acciones del Distrito y del Departamento. Esta gente hace maravillas y con la premisa de que la justicia no actúa contra ellos, a pesar de las contundentes evidencias, cometen toda clase de tropelías", agregó.
PERSONERÍA COADYUVA ACCIÓN POPULAR INSTAURADA POR PIEDRAHITA ADUEN
Tras analizar los argumentos expuestos por el veedor Jorge Piedrahita en la Acción Popular impetrada, el personero Fabio Castellanos Herrera le solicitó al Tribunal declarar ineficaz la colocación de las 233.109 acciones que el Distrito había suscrito pero extrañamente no pagó -lo que permitió que quedaran en manos de algunos particulares- y restituirlas a su legitimo propietario, con el fin de "evitar menoscabos al patrimonio del Estado".
Luego de narrar la serie de hechos que se han denunciado ante distintas autoridades, hasta la fecha de manera infructuosa, el agente del ministerio público expresó que "repugna el solo acto realizado por el señor alcalde: suscribir un numero de acciones especificas, no pagar un número importante de ellas y luego la Sociedad colocarlas a quienes él directamente decía, y en quienes en efecto quedaron".
Para el Personero del Distrito "no se explica cómo el señor Alcalde, sino tenia cómo pagar las acciones, por qué no hizo valer la herramienta que la misma ley había previsto para pagar señalada en el artículo 9° del decreto 2910 de 1991, esto es, por contraprestación de lo que le pagara la misma Sociedad Portuaria Regional de Cartagena".
QUIÉN ES QUIÉN EN LA SPRC
Según Escritura N° 3.427 de Junio de 1993 habían suscrito acciones la Alcaldía de Cartagena (275.250), la Gobernación de Bolívar (36.700) y Tractores del Caribe (55.050).
El 22 de Diciembre de 1998, mediante Escritura N° 4.253, se reforma la sociedad. Ya no se encuentra entre los socios la Gobernación de Bolívar, y la Alcaldía aparece únicamente con 68.303 acciones. Tractores del Caribe, representado por la época por Gerardo Rumié Sossa, figura con 89.28 acciones. Por primera vez aparece la Nación con 58.719 acciones, así como F.J. Rumié & Cía. S. en C., con 136.910 y Promotora de Inversiones Cartagena Ltda., con 89.228. Estas dos últimas también representadas por Gerardo Rumié Sossa.
El 5 de Agosto de 1999 se suscribió una nueva Escritura, la N° 1894, y en la misma no figura el Distrito de Cartagena como socio, ni tampoco Tractores del Caribe. Este último accionista es reemplazado por Inversiones Cubita Ltda., representado por Gerardo Rumié Sossa, con 99.288 acciones; y continúan apareciendo F.J. Rumié & Cía. S. en C., con 152.061 acciones, y Promotora de Inversiones Cartagena Ltda., con 99.102, de igual forma representadas por el empresario Gerardo Rumié.
Ya en esta escritura aparecen Inverlind Ltda. con 143.901, Inversiones Salas Araujo con 310.454, Alfonso Salas, padre, con 106.451 y Alfonso Salas, hijo, con 33.052.
De igual forma, Aníbal Ochoa y Cía. con 196.197 acciones, Carlos Ochoa con 66.067 acciones y Ochoa Chávez y Cía. con 197.201.