"Desde hoy en Cartagena habrá Campo para siempre". Así lo anunció Campo Elías Terán Humanez, el hijo del fallecido exalcalde de Cartagena Campo Elías Terán Dix, al culminar la misa concelebrada que por el eterno descanso de éste se celebró en la catedral de Cartagena, poco antes de iniciarse el recorrido de más de diez kilómetros que habría de realizar el cortejo fúnebre, con los despojos mortales del exmandatario, hasta el cementerio Jardines de Cartagena, donde sería sepultado en medio del llanto de millares de cartageneros.
Durante su intervención, Terán júnior recordó que "el viejo mío tuvo un sueño, que era tener una Cartagena para todos, por eso que dijo que en Cartagena hay Campo para todos... no le alcanzó la Alcaldía para hacerlo, pero hoy aquí en su entierro están todos, están todos los de Cartagena; se tuvo que morir el viejo Campo para que los de arriba, los de la mitad, los de abajo, todos estén en el mismo sitio".
Y, en efecto, en la catedral estaban, acompañando a la familia Terán Humanez, desde el empresario Carlos Mattos hasta modestos líderes barriales que no podían creer que se les había ido su más preclaro ídolo; desde el gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín, y los alcaldes de Cartagena y Barranquilla, Carlos Otero y Elsa Noguera, hasta humides trabajadores de varias instituciones estatales; desde el rector de la Universidad de Cartagena, Germán Sierra, hasta Víctor Laurido, un humilde vendedor de tintos que abandonó su natal Tuchín en busca del 'sueño cartagenero' de contar con un ingreso fijo; desde los exalcaldes de Cartagena y Barranquilla, Judith Pinedo y Alex Char -hoy funcionarios del gobierno nacional - hasta el anónimo embolador al que Terán Dix, cuando terminaba de emitir su Noticiero Popular, visitaba "para que me des un retoque, campeón".
Los periodistas Claudia Carmona y Manuel de la Rosa, quienes habrían de leer los decretos de honores expedidos por la Gobernación de Bolívar y la Federación Colombiana de Periodistas, respectivamente, estuvieron -también - desde temprano, muy atentos al cumplimiento de sus compromisos. Cuando llegaron, cerca de las tres de la tarde, ya los escaños de la catedral estaban todos ocupados. El secretario General de la Alcaldía, Jorge Lequerica, la secretaria -titular - de Educación, Rosario Ricardo, y los concejales Duvinia Torres y Américo Mendoza, esperaban, en silencio, la llegada del ataúd con los restos del exalcalde. Los rodeaban, visiblemente tristes, decenas de empleados de diferentes dependencias del Distrito, entre ellos Salvadora Guerrero y Gonzalo Jácome.
Para varios de los colegas de Terán Dix, que encadenaron sus programas y noticieros para rendir, cada uno a su manera, un sentido homenaje "al amigo, al hermano", como dijera Rafael Ruiz, uno de los locutores de RCN Radio, "la presencia en la catedral, a lo largo de la avenida Pedro de Heredia y en el cementerio, de centenares de hombres y mujeres de todos los estratos socioeconómicos, confirma que sí puede hablarse de una Cartagena para todos.
Por su parte, para el periodista Alberto Borda, de la cadena Todelar, "ciertamente, al menos en torno al dolor por el fallecimiento de Campo, Cartagena es una sola".
Pero -además - como habría de decir Ada Echenique, asesora de prensa de la Alcaldía, "las muestras de simpatía, cariño, amor y admiración que mostraron hacia su benefactor por más de 20 años miles y miles de personas, provenientes de todos los barrios de la ciudad, confirman que, en efecto, hay Campo para siempre".